Terremoto en Japón y terremoto en las bolsas.

Como suele ser habitual, siempre que ando ocupado y algo más alejado de las bolsas ocurre algún suceso extraordinario que produce movimientos fuertes.

El año pasado fue en mayo, coincidiendo con mi visita a Bolsalia, y este año un desgraciado terremoto en Japón con trágicas consecuencias económicas pero sobre todo humanas.

Viendo las imágenes de la central afectada, no me entra en la cabeza como se puede construir una central nuclear con seis reactores pegando a la costa en una de las zonas del mundo con mayor riesgo de tsunami. Yo, por sentido común, no permitiría su construcción a menos de 4-5 kilómetros de la costa, y si se hace por el suministro de agua, no creo que construir una toma de agua hasta la costa de 5 kilómetros resulte tan caro teniendo en cuenta que una planta de ese tipo seguramente supere los 10.000 millones de dólares.

Si no fuera por las trágicas consecuencias que está teniendo, resulta hasta gracioso que la central aguante el mayor terremoto en los últimos 150 años y se haya visto afectada por la falta de agua como consecuencia de la inutilización de los generadores diesel por parte del tsunami y la falta de suministro eléctrico.

Algunas sugerencias para otras ocasiones, que espero no lleguen nunca:

  • Implementar depósitos de agua adosados a cada reactor. Bastaría con que el suelo de este aljibe esté 1 cm por encima de la piscina del reactor para que en caso de emergencia baste con abrir un grifo para añadir agua al reactor o a la piscina de material usado. Si hay una emergencia sería relativamente fácil rellenar este depósito desde helicópteros para que el agua se dirija donde realmente se necesita, sin necesidad de tener que tirarla de cualquier manera por encima esperando que una parte caiga donde hace falta. Un cubo de hormigón de 5 m de arista podría albergar 125 toneladas de agua (6 m, 196 toneladas) y el costo es ridículo en comparación con la catástrofe que puede evitar. La operación de apertura de la llave sería facil realizarla con un robot del estilo de los usados por los Tedax, a distancia y con bajo riesgo para el operador humano.
  • Evaluar la posibilidad de utilizar otros medios de refrigeración. Se me ocurren a bote pronto nitrógeno líquido (unos 200 º bajo cero) o CO2 sólido (-78 ºC). El CO2 habría que ver si no presenta reactividad, pero el nitrógeno es muy estable. En ambos casos se generan gases al absorber el calor, pero igualmente se está generando vapor de agua con lás medidas que están tomando, que también puede arrastrar radiactividad a la atmósfera.

Esperemos que al menos este desastre sirva para que las medidas de seguridad mejoren en el resto de centrales en funcionamiento, aunque tratándose del ser humano quizás sea mucho pedir.

Respecto a las bolsas, como es normal se ha disparado la volatilidad. De catástrofes y «cisnes negros» anteriores se desprende que en la mayor parte de las ocasiones se vuelve al origen del movimiento o cerca de él una vez que la situación queda controlada o se ha descontado ya lo peor, lo malo es que ese rebote se puede producir aquí o un 20% más abajo (por decir algo), no lo podemos saber.

Una vez veamos ese rebote y la fortaleza que presente podremos valorar mejor si se ha dañado la estructura de fondo, que en las bolsas americanas sigue alcista a pesar de las caídas, o si solo ha sido un episodio más de volatilidad de las bolsas aprovechado para tomar beneficios y corregir la sobrecompra.

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